4 de jan. de 2010

MANIFESTO PSICONAUTA


Como ciudadanos mayores de edad, en plenas facultades f.sicas y mentales, perfectamente responsables de nuestros actos, declaramos:

1. Que el ser humano es soberano, individualmente, para hacer con su cuerpo lo que considere conveniente, siempre y cuando no coarte la libertad de otros individuos.

2. Que toda persona tiene el derecho de investigar voluntariamente sobre su propio cerebro el efecto de las sustancias que la naturaleza le proporciona, m.s all. de consideraciones legales en gran medida alejadas Del conocimiento cientifico.

3. Que el paternalismo a que los gobiernos someten el cuerpo de cada sujeto constituye un delito contra su libertad y est. basado en

intereses econ.micos y de subordinaci.n. El experimento de la prohibici.n, justificado en la preservaci.n de la salud p.blica y en un af.n

de control de las sustancias, ha supuesto el efecto contrario al que originalmente pretend.a: merma de la salud p.blica (adulteraciones,

contagios, mayor toxicidad de las drogas legales, aumento del n.mero de usuarios, etc.) y un descontrol dif.cil de reparar debido a las

desorbitadas sumas de dinero negro puestas en circulaci.n, con el consiguiente impacto en especulaci.n inmobiliaria, corrupci.n pol.ti-

ca, mafias, etc.

4. Que los representantes pol.ticos son culpables de causar dolor al delinquir contra la salud p.blica, imposibilitando la investigaci.n y

el consumo de plantas y sustancias que pueden resultar beneficiosas para el desarrollo de la persona y la sociedad. En ese sentido, deben

exigirse responsabilidades por el fiasco mayoritario que han supuesto las pol.ticas sobre drogas, as. como abrir un debate p.blico donde

se pongan sobre la mesa opciones alternativas viables, empezando por la despenalizaci.n de la adquisici.n, tenencia, fabricaci.n, empleo

y cultivo de todas las drogas ilegales.

5. Que el Estado tiene la obligaci.n de facilitar informaci.n ver.dica y datos de pureza contrastada cient.ficamente sobre cualquier sus-

tancia que el individuo quiera probar, velando en esta informaci.n por la seguridad y el bienestar de cada uno de sus ciudadanos.

6. Que las culturas, religiones y rituales asociados a las diferentes sustancias merecen el mismo respeto que cualquier otra disciplina,

debiendo permitirse su desarrollo con plena libertad. La heterodoxia de los consumidores tiende a diluir barreras sociales mediante el

culto al dios interior, estableciendo una relaci.n de respeto con el entorno, la naturaleza y el resto de individuos.

7. Que la educaci.n es la base fundamental sobre la que se apoya el edificio de cualquier sociedad, siendo necesario para el sujeto y la pro-

pia colectividad un flujo de informaci.n cient.fica y experiencial que permita que el individuo, al igual que elige una religi.n, pueda adop-

tar la cultura que una u otra sustancia proporciona.

8. Que las pol.ticas sobre drogas han de tener en cuenta a los consumidores para construir una sociedad integradora, reducir los riesgos

y evitar los da.os que pudieran derivarse de un uso incorrecto de las sustancias, empezando por la derogaci.n inmediata de todos los

convenios y convenciones internacionales antidroga: Convenci.n ònica de Estupefacientes (1961), Convenio sobre Sustancias

Psicotr.picas (1971) y Convenci.n de la ONU contra el Tr.fico Il.cito de Estupefacientes (Viena, 1988). En el caso concreto de Espa.a, un

buen comienzo ser.a revocar algunos art.culos de la ley Corcuera (L.O. 1/92 de Protecci.n de la Seguridad Ciudadana), sobre todo aque-

llos que atropellan a los consumidores con abusivas sanciones: art.culos 25.1 y 23.h, principalmente.

9. Que los gobiernos mundiales han de interrumpir su celosa labor de rechazo a todas aquellas sustancias y medicamentos susceptibles

de producir placer, raz.n por la cual, no lo olvidemos, se consumen con asiduidad. Asimismo, en la gesti.n del dolor debe primar la efi-

cacia cient.fica por encima de consideraciones de .ndole pol.tica y/o econ.mica.

10. Que la prohibici.n de ente.genos y otras drogas constituye una pr.ctica econ.micamente ruinosa, ineficaz y anticient.fica, que

fomenta y propaga enfermedades ven.reas, impide la investigaci.n biom.dica y corrompe a la sociedad obstaculizando el sistema judi-

cial. Las sustancias causantes de ebriedad han sido legalmente utilizadas, de manera natural, durante miles de a.os, sin suscitar el

mayoritario problema que suponen en la actualidad. En consecuencia, exigimos que los ingentes fondos econ.micos ?pagados con

nuestros impuestos? que actualmente se destinan a la represi.n sean utilizados con fines constructivos, en aras de la normalizaci.n y

regulaci.n definitiva de las drogas, que engrosar.an las arcas del Estado con sus grav.menes, ofreciendo a los usuarios garant.as y con-

troles de calidad sobre los productos consumidos.


Puedes firmar el manifiesto en http://www.manifiestopsiconautico.tk.

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